"Historia de nuestra Iglesia"
La Iglesia Monte Sión nació bajo el Concilio Cristo Misionera alrededor de la
primera mitad de los años 1930´s. En ese entonces la dirección pastoral
recaía en el hermano Antonio Rosado Vázquez y su esposa misionera, la hermana
Guillermina Velázquez. El templo consistía en una casa de negocios alquilada qué
fue acondicionada para ese propósito en lo que se denominaba la barriada El Monte en el
área de Hato Rey. Una Iglesia que se levantó con una visión misionera y muy
celosa en la proclamación del evangelio pentecostal con señales y maravillas. Del
reconocimiento de la labor ministerial en la comunidad que incluía sanidades divinas, milagros
y conversiones de familias enteras surgió la inspiración del hermano Benito Flores para
dejar huella en la historia cristiana de Puerto Rico el bello himno que decía: "La Iglesia
de Dios Monte de Sión ha sido siempre un verdadero pabellón.....".
¡Cómo olvidar los tiempos de Navidad en el templo y cuanto gustaba a la gente de la
barriada ir a ver aquellos hermosos dramas dirigidos a enseñar las nuevas del Evangelio!
La comunidad pedía la Iglesia los matutinos que se llevaban con gozo y maestría musical
para ensalzar el nombre de Jesucristo, convirtiendo así el tiempo de Navidad en una gran campaña
evangelística.
A la muerte del hermano Rosado, la responsabilidad pastoral recayó sobre el hermano Antonio Resto Mijol y
su esposa la hermana Rosita Ramos. ¡Cuantos retos y experiencias pasaron el hermano Resto y la congregación!
Llegó el momento de salir de la barriada tan querida, en la cuál Dios nos había dado grandes victorias y donde
la gente fue alcanzada por el poder salvador y sanador del Señor Jesucristo. Emprendimos un nuevo camino, con una
nueva visión, nuevos desafíos, nuevos encuentros. Fue un proceso doloroso, pero necesario para el crecimiento
de la Iglesia y aceptamos el reto.
De esa manera mudamos nuestra Iglesia para la comunidad Manuel A. Pérez en
donde nos congregabamos en dos hogares pues no teniamos un templo en propiedad en donde hacerlo. Con un terreno comprado
al gobierno y el trabajo y la dedicación del hermano Resto y muchos otros miembros de la congregación, en dos años
pudimos levantar templo al Señor. Durante todo ese tiempo el calor del Espíritu Santo y las oraciones y desvelos
de los hermanos de la congregación hicieron posible que la provisión maravillosa del Señor Jesucristo fuera
manifiesta sobre nuestra Iglesia.
Llegó la inauguración de nuestro templo; dos semanas inolvidables que todavía permanecen en el recuerdo de
los que vivieron el momento. Por la gracia de Dios, el templo estuvo lleno todas las noches y muchas de las personas que
llegaron a la inauguración se quedaron para adorar a Dios con nosotros como miembros de la Iglesia. Nuevos horizontes y
experiencias se abrieron ante nuestros ojos: predicadores, coro de voces, artistas de dramas, hermanos llenos del Espíritu Santo
que profetizaban y ministraban, derramamiento del Espíritu Santo sin horas para terminar, vigilias de toda la noche,
retiros llenos de experiencias y llamados a estudiar la Palabra de Dios fueron algunas de las maravillas que Dios nos envío.
Nuestra Iglesias se fue expandiendo, primero a un segundo piso y luego ensanchando nuestro lugar con propiedades adicionales
colindantes a nuestro templo lo que nos ha permitido tener nuestro estacionamiento y proveer múltiples facilidades
para la comunidad que nos rodea.
Nuestra Iglesia de Dios Monte Sión ha sido cuna de Convenciones, confraternidades y diferentes reuniones pastorales, cuna
de ministros, lideres laicos y ha sido reconocida en muchos lugares de nuestra isla. Pero nuestro máximo orgullo es poder
decir que esta es una Iglesia en donde se traza la Palabra de Dios correctamente como Él nos ha indicado.Dios nos ha permitido
cosechar triunfos y victorias para su Gloria y Honra y podemos dar gracias a Él por mantener nuestra fe y visión
en Jesucristo. En un precioso lugar donde podemos decir que servimos con gozo y alegría a Aquél que nos limpió con su sangre
maravillosa y nos ha hecho nuevas criaturas.
Han pasado 50 largos años y durante el transcurso de ellos nos han pastoreado otros grandes hombres de Dios: el Rvdo. Antonio
Ramírez, el Rvdo. José M. Delgado, el Rvdo. Evaristo Marrero, el Rvdo. Luis E. Ríos y nuestro actual pastor,
el Rvdo. Víctor L. Ortega. Todos hombres con una visión de parte de Dios de dedicación y trabajo fuerte para
llevar a las almas perdidas la palabra de redención y esperanza. Es nuestra visión continuar siendo una Iglesia Misionera
y nuestra misión alcanzar aquellas almas que todavía viven sin esperanzas y sin Dios. Para su Gloria el nos ha
mantenido por tantos años en esta comunidad y no desperdiciaremos ni un solo momento para hacerle saber a toda las
comunidades que nos rodean que: Cristo es Rey y Señor y que a Él sea toda la Gloria y la Honra, por los
siglos de los siglos.... Amén